Cuando de pequeños nuestras madres o nuestras abuelas nos decían que hay que masticar y comer lentamente tenían toda la razón. Aunque nosotros no lo supiéramos, nos hablaba la voz de la experiencia.
Hoy en día es bien sabido que la digestión de la comida empieza en nuestra boca. Cada alimento que queremos ingerir, no importa que sea duro o blando, debe pasar por un proceso de triturado e insalivación antes de llegar a nuestro estómago.
Cuando comemos cada bocado debe ser concienzudamente masticado para que pueda convertirse en un bolo alimenticio que sea perfectamente asimilable por nuestro aparato digestivo
¿Por qué hay que masticar los alimentos?
Como decíamos antes, además de la sabiduría popular muchos estudios señalan que cada bocado que nos metemos en la boca debería ser masticado las suficientes veces para adquirir la textura adecuada para ser digerido. Hay algunos que señalan, incluso, el número de veces que hay que masticar un alimento antes que tragarlo, pero eso depende siempre de cada alimento.
La finalidad de la masticación no es únicamente romper y triturar la comida gracias a la acción de nuestros dientes, sino irla ensalivando lentamente. La saliva contiene diferentes sustancias que preparan los alimentos para ser más fácilmente digeribles.
Pero la digestión empieza en la boca no únicamente por el hecho de preparar la comida que inmediatamente enviamos a nuestro aparato digestivo. En el momento que masticamos, especialmente si lo hacemos lentamente, absorbemos también nutrientes.
¿Qué ventajas tiene masticar bien los alimentos?
Masticar a conciencia todos los alimentos no únicamente favorece nuestra salud digestiva, aunque es su principal ventaja.
El comer lentamente y a conciencia nos permite absorber los nutrientes de forma más eficiente y por lo tanto nos saciamos antes.
Además, el comer lento, es la mejor forma de apreciar las texturas y sabores de la comida y de disfrutar de ella.
Por lo tanto, mastica siempre todo lo que puedas. Y no únicamente los alimentos más duros como la carne, los pescados o las verduras, sino también otros más blandos como las cremas y las sopas. Aunque no lo parezca la ingestión de estos alimentos considerados blandos también requiere que se genere una cierta cantidad de saliva. Recordemos que este es un factor muy importante para iniciar y facilitar el proceso digestivo.
¿Qué pasa si no se mastica bien la comida?
Como decíamos la primera finalidad de masticar bien la comida es preparar el bolo alimenticio para la deglución. Si no lo hacemos, por lo tanto, si tragamos la comida en trozos muy grandes o de forma insuficientemente ensalivada, llegarán a nuestro aparato digestivo de forma insuficientemente preparada y por lo tanto lo obligará a trabajar en exceso.
Esto puede dar como resultado, de entrada, digestiones lentas, pesadez de estómago o problemas como los reflujos gástricos.
Si no masticamos bien la comida, o la ingerimos muy rápido, nos perderemos uno de los mejores placeres de la vida como es el saborear los alimentos. Una buena comida se disfruta mucho más si nos tomamos nuestro tiempo en masticar el contenido de cada plato.
Si quieres evitar problemas digestivos, si quieres disfrutar de la comida, mastica bien todos los alimentos.