El plátano es una fruta dulce con grandes propiedades para la salud. Existe la falsa creencia de que engorda y de que está repleto de calorías, pero nada más alejado de la verdad.
Este codiciado fruto asiático fue cultivado en Papúa Nueva Guinea, o al menos eso creen los expertos, y de Asia pasó a África y al Mediterráneo en el siglo V, más o menos. Luego pasó a las islas Canarias en el XV para llegar con posterioridad a América en 1516.
Del plátano se dice lo mismo que de la manzana: uno diario aleja al doctor. Pero no solo mantiene la salud del cuerpo, también puede ayudarte a perder peso e incluirlo en tu dieta podría ser una decisión muy acertada.
¿Quieres saber por qué?
Una fruta perfecta
Claro que tiene más calorías que otras frutas, como las manzanas, los pomelos o las piñas, pero también los beneficios son grandes. Por ejemplo, su aporte en minerales es significativo, sobre todo en potasio y magnesio.
Además de que favorece una buena digestión, el plátano mejora el estado de ánimo y estimula el metabolismo, y esto último ayuda a adelgazar. Pero vayamos por partes.
Es una de las frutas con más poder para saciarte que hay, por eso se recomienda que se tome en el desayuno junto a proteínas animales o vegetales. Por ejemplo, un desayuno ideal con plátano incluiría una pieza, leche o yogur y semillas o frutos secos, acompañados de algún cereal como la avena.
Al combinarlo con estos alimentos durante el desayuno, estarás dándole a tu organismo una bomba energética con la cual no necesitarás ingerir más. Por otro lado, resulta perfecto para calmar antojos a media tarde, siendo un snack absolutamente saludable.
Si comes uno, sentirás una sensación de saciedad que te impedirá seguir comiendo, por lo cual obviamente sirve para dietas de adelgazamiento.
Esto sucede porque promueve la liberación de la serotonina en el cerebro, un neurotransmisor clave para aplacar la ansiedad y producir tanto relajación como saciedad.
Sin embargo, hay ciertas indicaciones que seguir: por ejemplo, cuanto más maduro esté el plátano, más sacarosa tendrá. La sacarosa es una combinación de moléculas, una de glucosa y otra de fructosa. Es de rápida absorción y produce un mayor impacto en la glucemia.
Esto significa que dependiendo de su grado de maduración, el plátano variará su carga glucémica. Es preferible comerlo no tan maduro (y no tan verde, por supuesto, ya que resultaría poco agradable por lo astringente).
Es decir, un plátano está formado por almidón y sacarosa; cuando está verde por completo, los niveles de almidón serán mayores y la sacarosa no llegará a un 10%. A medida que madura, la sacarosa aumenta y el almidón disminuye, pudiendo llegar a un 90% de sacarosa.
Al no estar completamente maduro tendrá más agua y fibra y menos azúcar, una de las metas para no engordar.
Por si fuera poco, el plátano también sirve para reducir calorías a la hora de cocinar, pues es un sustituto perfecto de endulcorante como la miel (que es muy saludable pero hipercalórica) o ayuda a dar textura a recetas cambiando, por ejemplo, la mantequilla.
Hay innumerables preparaciones que usan el plátano para disminuir los valores calóricos, como galletas, bombones, tortas y hasta helados de plátano, donde el sabor dulce de esta fruta tropical será más que suficiente para alegrar el paladar y al mismo tiempo perder peso.
Lo recomendable es que consumas de 4 a 5 piezas semanales, no maduras, y preferiblemente en el desayuno. Si estás entrenando, su poder de saciarte te ayudará a controlar el apetito y su contenido en potasio servirá para recuperarte.
Nos gustaría saber si comes plátanos a diario, deja tu comentario. Muchas gracias.